sábado, 10 de noviembre de 2007

Más adelante Lúter escribe y castiga a los que inculcan la abstinencia forzosa porque les enseña a aborrecer el sexo normal.

Más adelante Lúter escribe y castiga a los que inculcan la abstinencia forzosa porque les enseña a aborrecer el sexo normal.

Los psicoanalistas Franz Alexander y Sheldon Selesnick en un estudio de conventos y monasterios medievales concluyeron de esta manera: "Siglos de celibato impuesto no bastaron para inhibir la energía erótica poderosa ni el impulso sexual irresistible que existiera en las monjas y los monjes; pasajes subterráneos se construyeron uniendo los claustros de los sexos diferentes. A veces, los residentes de las villas cercanas, recurrieron a enviar prostitutas para aplacar a los monjes y para alejarlos de las mozas de las villas."

A pesar de toda la publicidad adversa y a pesar de que de modo inequívoco el clero católico ha sido acusado y convicto de crímenes sexuales, la jerarquía romana ha resistido todo esfuerzo a que examine, revise y cambie sus actitudes contra el mandato impuesto de la castidad y el celibato.

La razón por la que el Papa aun rehúsa a reconocer una razón o necesidad para cambiar esta actitud no es una de naturaleza teológica, si no una de control. Los votos de castidad (un voto es una promesa hecha a Dios directamente) y el estado del celibato (obligación impuesta por la iglesia institucional) son paradigmas de lo mucho a lo que hay que renunciar para ser admitidos --- no tanto en el Reino de Dios, como en la esfera del poder de la Iglesia.

"Clérigos están obligados a observar perfecta y perpetua continencia por el amor del Reino de los Cielos, y consecuentemente están obligados a observar el celibato." (Canon 277)

"…pérdida de el estado clerical no significa dispensación de la obligación contraída del celibato." (Canon 291) (Código de Derecho Canónico: 1983 pp. 97 & 103.)

Pero, el Mesías que fundara la Iglesia Católica y quien por su nacimiento, vida, pasión, muerte y resurrección nos redimiera; nunca consideró el celibato como una condición especial para merecer o para ganar el Reino Prometido.

Jesús no exigió que sus apóstoles fueran célibes, no los conminó a tomar votos de castidad y no excluyó mujeres de su sacerdocio --- eso sucedió mucho más tarde cuando los ocupantes del Vaticano consolidaban los poderes políticos, económicos, militares (ah, y espirituales) del imperio.



El arzobispo. Pero de Ramenscherd

A pesar de que ambos lados mantienen empecinadamente que Jesús era y/o que no era célibe --- ambos lados carecen de pruebas definitivas para soportar su posición. Sin embargo la incertidumbre existente no fue obstáculo para que San Ambrosio escribiera en Deberes del Clérigo: "La oficina ministerial debe de ser mantenida pura e inmaculada y nunca debe de ser manchada por el coito." (1, 258)

El discípulo Pablo no admitía argumentos contra sus principios fanáticos. De acuerdo a la experta en religiones Reay Tannahill: "Pablo fue, tal vez el primer intelectual en la historia del mundo occidental que igualara la espiritualidad con el sexo." Supuestamente, Pablo expresó los siguientes sentimientos: "Acerca del celibato, a mí me gustaría que todos fueran como yo, pero cada quien tiene sus dones particulares provenientes de Dios…" (I Corintios 7:7)

San Jerónimo (331-419) fue el proponente más apasionado del celibato. Jerónimo consideraba el matrimonio una invención de Satán.

San Agustín (354-430) luego de haber disfrutado una vida sexual promiscua, disipada y nefanda se transformó, al final, en un proponente entusiasta del celibato y de la abstinencia. A él se les atribuyen las siguientes palabras, inspiradas, quizás, en anticipación a la llegada de Freud: "…el sexo en erección es la imagen del hombre en rebelión contra Dios." (Foucault, 1985)

Históricamente, la primera discusión pública del celibato en la Iglesia Católica ocurrió en el Consejo de Elvira en el año 309. Aparentemente, los cánones de Elvira y los de otros consejos en el mismo siglo (Neocesárea 314; Nicea Uno 325; Laodicea 352) estaban tratado de reducir la frecuencia de abusos sexuales atribuidos a los sacerdotes en ese mismo entonces. Por ejemplo, Neocesárea y Laodicea requerían que los sacerdotes contrajeran matrimonio exclusivamente con vírgenes y que abandonaran sus esposas infieles.



Iglesia de Todos los Santos. San Petersburgo

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